En esta semana el mundo sufrió un colapso: miles y miles de
post recorrieron los feeds de todo el que tiene Instagram, era un clamor
unánime para que activaran las notificaciones para que ningún post que se colgara
al internet fuera pasado por desapercibido, sino que todos tuvieran la
oportunidad de no perdérselos.
Hoy quiero que reflexionemos sobre la necesidad masiva de
ser notados que han causado las redes sociales, donde ya no basta con ocultar
quiénes imperfectamente somos, sino que estamos llegando al punto de basar nuestro valor en la cantidad de views
o likes que recibimos.
Esto ha condicionado nuestras publicaciones a manera general y ha incidido bastante
en qué tan frecuente le dejamos ver al público quienes somos ("Invirtiendo" una inmensa cantidad de tiempo perdido por día a esta causa).
Aquí tenemos una serie 4x4 de cosas que es nuestra oración
que tú tengas muy pendiente.
1. Tu valor como persona no recae en la
cantidad de amigos o followers que tengas. ¿De qué te sirve tener miles de
ellos si cuando necesitas ser alentado o amonestado en amor, ellos no están
ahí? Aprendí
de una manera muy sutil la lección de que una relación no puede estar basada en
un contacto virtual. Necesitamos el calor humano. Así que 2000 amigos en Facebook
probablemente sean 20 amigos reales.
2. Las redes sociales pueden proveerte una manera
vanidosa de exhibirte si tienes tu corazón inclinado a eso. Esa gran
necesidad que tiene tu corazón de recibir atención y de intentar lo posible por
lograrlo, es una muestra real de que estás inclinado a la vanidad y no estás
buscando agradar a Dios primero, sino que en el trono de tu corazón está tu ego.
¡OJO! 3. Todo lo que hacemos debe estar permeado por
la palabra de DIOS. Incluso tus post y frases, tus comentarios, fotos y videos.
4. Refleja tu realidad, al final, eso es lo
que realmente eres. Dios nos ha llamado a ser constantes en todos nuestros
caminos. Quien eres en casa, en la iglesia, en tu centro de estudio o de
trabajo, debe ser la misma persona. Y de
haber incongruencias entre todos estos perfiles tuyos, tómalo como una
oportunidad para renovarte a tí mismo: Que no solo sea solo tu perfil el que esté
lleno de Biblia, sino que tu corazón también rebose de la palabra del Señor.
¿Quieres saber si estás siento dominado o dominada por las redes sociales?
1. ¿Qué es lo primero que haces al despertar?
2. ¿Qué importancia le estás dando a los likes o al número de followers?
3. ¿Qué dicen tus post de tí?
4. Si pusiéramos a correr el cronómetro de la vida ¿Cuál sería el veredicto al final del día de las horas que inviertes en las redes sociales?
Sé que esas respuestas nos confrontan (a mí me pasó), sin
embargo, no quiero que salgas corriendo luego de terminar este post y borres
radicalmente tu perfil de Facebook y tu cuenta de Instagram o Twitter, es mi oración
que al terminar de leer esto, estés persuadido de que nuestro propósito
es glorificar a Dios y no vanagloriarnos
a nosotros mismos.
No es pecado tener redes sociales o un teléfono inteligente,
pero recuerda que todos lo que hacemos el Señor nos ha de juzgar, así que aquí van un par de consejos de mí parte en cuánto al uso de las redes sociales:
1. Limita tu tiempo al día en Internet.
2.
Procura que tu perfil esté permeado hasta lo más mínimo por la Gracia que mora
en tí.
3.
Trata de socializar con las personas que están ahí junto a tí y no tanto con los
amigos virtuales.
4. Esto
es algo que hice y quizás pueda ayudarte: Desactivé las notificaciones de mis
redes sociales. Ya mi teléfono no prende el led y no tengo ese deseo de correr
a ver qué está pasando (ni siquiera solo para ir a quitar la notificación como muchas veces pasa).
Y para terminar, te invito a responder estas 4 preguntas antes de subir un
nuevo post:
1.
¿Agrada a Dios?
2.
¿Edifica a los demás?
3.
¿Quién es el centro de atención de esta publicación?
4.
¿Estaré pendiente de cada notificación?
Que la libertad que nos ha otorgado al Señor, no sea de
tropiezo a nadie y que NO nos sea contada a nosotros como pecado.
Es mi oración que en medio de una generación amadora de sí
misma, donde la vanidad es el oxígeno
que mantiene a la mayoría vivos, los hijos del Señor podamos vivir como dignos de Él.
PS.: Aprovecho esta oportunidad para recalcar que debemos de rescatar Twitter. Gracias.
PS.: Aprovecho esta oportunidad para recalcar que debemos de rescatar Twitter. Gracias.
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