Como la mayoría de celebraciones y festejos de hoy en día,
el trasfondo de la celebración del día de las Madres era originalmente de
origen pagano, pero con el pasar del tiempo distintas culturas, civilizaciones
e instituciones lo adoptaron hasta que ha llegado a ser lo que es hoy: ese día
específico en que buscamos sacar un momentito para agradecerles a nuestras Madres
todo lo que hacen por nosotros todos los demás días del año de todos los años
que han pasado por nuestras vidas.
Dentro del ámbito de la iglesia se considera una celebración
lícita y conveniente. En Tesalonicenses 5:8 se nos manda a “Dar gracias a
Dios en todo.”, y en este día de las Madres te invito a que trates de
personalizarlo y des gracias a Dios por TODO
aspecto de tu Madre y de tu relación con ella.
Probablemente lo primero en que pensaste fue en todos
esos aspectos positivos de tu relación con tu madre: en algún que otro de esos típicos
actos de Madres que nos calientan el corazón, y todo fue color rosa hasta que
pensaste en esa discusión con tu Mama por esa tendencia suya de siempre pensar tal
cosa o de hacer tal cosa o en _________________ (llena el espacio en blanco según
tu situación) y pensaste: “¡No doy
gracias a Dios por ESO!”. Así que ahora quisiera comentarte 2 recordatorios acerca
de nuestras Madres que espero refuercen los aspectos positivos de nuestra relación
con ellas y cambien nuestra perspectiva de aquellos ‘no tan positivos’:
- Tu Mamá tiene una historia propia.
A veces es difícil sacar a nuestras Madres de ese molde
de “Mamá”. Pero todas nuestras
Madres tienen un pasado que permea todo aspecto de su vida, y por lo tanto, su relación
contigo. Todas sus experiencias de vida, todas las cosas que hizo, todas las
cosas que no hizo, todas las cosas que le pasaron y todas las cosas que no le
pasaron han moldeado el carácter de tu Mamá y la han hecho lo que ella es
ahora, y en esas historias subyacen esas respuestas a esos “¿Por qué…?”
que nos surgen en el día a día.
¿Te acuerdas de Ana? Puedes repasar rápidamente
su historia por estos pasajes: 1 Samuel 1:2, 1:11, 1:28. Me imagino que la relación
de Samuel con su Madre debió de ser en magnitud destacable distinta y distante
en relación con la de los demás. Puede ser que en algún momento de su vida un “¿Por qué?”
cruzó por su mente. Lo que él no podría
saber es que estaba llamado a una vida extraordinaria de caminar con Dios que comenzó
con ese milagro que le ocurrió a aquella mujer estéril que le prometió entregarle
completamente al Señor el hijo que Él
pudiera concederle.
Así que te animo a preguntarle a tu Mamá por su pasado, pues tal vez allí estén
las explicaciones, respuestas y soluciones de situaciones del presente.
- 2. El pecado también mora en tu Mamá.
Si tu Mamá es inconversa ella está sujeta a su pecado. La
Palabra dice que sin Dios “estamos muertos en nuestros delitos y pecados.” Y
esa separación de Dios sería la precisa explicación para cualquiera de esos
actos fuera de la gracia común que escandalizan por parte de una Madre como
abortar, el abandono, etc.
Y si tu Madre ya conoció al Señor ella también está
pasando por la misma batalla de todos quiénes
nos hemos convertido a Cristo y de la cual habla Pablo en Romanos 7: ella es
una pecadora regenerada que se encuentra en continua lucha con su pecado,
huyendo de su propia concupiscencia y de esos deseos que no agradan a Dios.
¿Te acuerdas de Sara? Puedes repasar rápidamente
su historia por estos pasajes Gen. 11:30, 13:14-16, 15:2-5, 16:1-6, 17:15-17,
21:1-7. Aunque independientemente de, el Señor obró y derramó su
gracia, la lucha de Sara con su insatisfacción acerca de su esterilidad, y las
decisiones que tomó por
apresurarse al tiempo de Dios tuvieron sus repercusiones.
Así que te invito a mirar con ojos de misericordia y
gracia a tu Madre, quién probablemente
no siempre tomara la decisión más lógica, o la más apropiada o la mejor.
Y finalmente nos dirigimos a la pregunta del millón: ¿Cómo dar gracias por esos aspectos
negativos o no tan saludables de mi Madre y mi relación con ella? ¿Puedo hacerlo? ¡Si puedes! Te muestro como: toma todos los aspectos
positivos y agradece por ellos, y toma todos los otros aspectos y pídele a Dios
que se revele y se muestre tanto en tu madre como en ti (¡Su poderío y soberanía se lo permiten!),
pídele por un corazón dispuesto, y agradece a Dios por trabajar tanto con el carácter
de tu Madre como con el tuyo y da gracias por su perfecto y magnífico propósito
que perpetúa en nuestras vidas y
del cual nos dejó pautas y reglamentos a los que sujetarnos en Su Palabra como
en el caso de:
“Honra a tu padre y a tu
madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da.”
Éxodo 20:12
Éxodo 20:12
“Honra a tu padre y a tu
madre tal como el Señor tu
Dios te lo ordenó. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da.”
Deuteronomio 5:16
Deuteronomio 5:16
“Honra a tu padre y a tu
madre». Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si
honras a tu padre y a tu madre, «te irá bien y tendrás una larga vida en la
tierra.”
Efesios 6:22
Efesios 6:22
Te invito a pensar en esos aspectos de los que hablamos acerca de tu Madre y de tu relación con ella teniendo en mente todo esto, pues a fin de cuentas, no hay mejor regalo para una Madre que ella saber que cuenta con tu amor y/o aprobación y/o perdón y/o apoyo.
Comentarios
Publicar un comentario